De chiquilín te miraba de afuera como a esas cosas que nunca se alcanzan... La ñata contra el vidrio, en un azul de frío, que sólo fue después viviendo igual al mío... Como una escuela de todas las cosas, ya de muchacho me diste entre asombros: el cigarrillo, la fe en mis sueños y una esperanza de amor.